52 corniche Kennedy, 13007 Marseille
Les Bords de Mer, una dirección única en el paseo marítimo de Marsella, promete mucho más que una estancia: una inmersión total en la esencia misma del Mediterráneo. A pocos minutos del Vieux-Port y al borde de la famosa playa de los Catalanes, este hotel invita a los visitantes a disfrutar de la belleza espectacular de la ciudad focense mientras permanecen conectados al mar. Con solo 19 habitaciones, cada espacio del hotel está diseñado para ofrecer una rara intimidad y una conexión ininterrumpida con el horizonte azul. Desde amplios ventanales hasta terrazas privadas, cada habitación mira literalmente hacia las olas, garantizando una estancia en la que el mar se convierte en el hilo conductor.
Las habitaciones, todas decoradas con gusto, combinan armoniosamente tonos pastel y materiales naturales. Esta elección estética, inspirada en un estilo de los años 50 depurado y modernizado, deja lugar a la luz mediterránea que inunda cada rincón. Las maderas naturales y el granito, cuidadosamente elegidos, refuerzan esta atmósfera donde el confort es discreto pero esencial. Por la noche, se puede contemplar el atardecer desde el balcón o la terraza, dejándose llevar por el sonido de las olas y el chapoteo del agua en el fondo, proporcionando una sensación de calma y serenidad. Desde las habitaciones más íntimas hasta las amplias suites con grandes terrazas, todas están equipadas para un confort óptimo, con aire acondicionado, baño privado y wifi incluido.
El restaurante de Les Bords de Mer es otra razón para aceptar la invitación de este establecimiento. Situado justo sobre el mar, el restaurante sirve una cocina contemporánea que celebra la riqueza de los productos del mar, magnificados por las influencias mediterráneas e internacionales del chef. Desde creaciones inspiradas en los sabores locales hasta platos emblemáticos influenciados por la cocina asiática, cada plato cuenta una historia, un viaje entre la Provenza y tierras lejanas. Aquí, los sabores se exaltan gracias a la frescura de los productos, elegidos por su calidad y su origen local. En un ambiente bañado de luz y rodeado por la inmensidad del Mediterráneo, los comensales pueden disfrutar de platos refinados en armonía con el entorno. Los amantes del vino también estarán encantados, con una carta que destaca las mejores cosechas de la región y añadas cuidadosamente seleccionadas para acompañar esta aventura gastronómica.
La azotea, con su piscina climatizada y sus vistas impresionantes al mar, es un lugar popular para admirar Marsella desde un nuevo ángulo. Aquí, el día se estira entre momentos de relajación junto a la piscina y la degustación de tapas reinventadas con influencias provenzales y asiáticas. También es el lugar ideal para un aperitivo al atardecer, con la mirada fija en las islas de Frioul y el Castillo de If. Esta terraza en la azotea es un refugio donde uno puede olvidar el tiempo y dejarse llevar por la dulzura mediterránea, ofreciendo un contraste sorprendente con el bullicio de la ciudad a sus pies.
Para los momentos de bienestar y relajación, el Spa de Les Bords de Mer, situado a nivel del mar, ofrece un entorno mineral relajante, en perfecta armonía con la naturaleza circundante. Compuesto de piedra rubia y madera clara, este santuario de 300 m² ofrece una gama de tratamientos basados en los protocolos de Susanne Kaufmann. La sauna, el hammam y la piscina de relajación interior se suman a las salas de masajes, ofreciendo rituales de cuidados para el rostro y el cuerpo que invitan a la evasión. Paralelamente, una sala de fitness completamente equipada también está disponible para los huéspedes que deseen mantenerse en forma.
El arte está omnipresente en Les Bords de Mer. Ya sea en las habitaciones o en los espacios comunes, las obras contemporáneas enriquecen la decoración y contribuyen al ambiente único del lugar. Desde fotografías en blanco y negro hasta esculturas elegantes, cada pieza parece haber sido seleccionada para dialogar con el entorno marino y urbano de Marsella. Esta colección, proveniente del patrimonio artístico de los Domaines de Fontenille, se inscribe en un enfoque de puesta en valor de talentos emergentes, así como de artistas consagrados, ofreciendo así una experiencia estética inspiradora.
Marsella, ciudad de carácter, está llena de tesoros por descubrir a pocos pasos del hotel. Aproveche su estancia para visitar el Mucem, un museo moderno que celebra las civilizaciones mediterráneas a través de exposiciones cautivadoras. Un paseo hasta la basílica de Notre-Dame de la Garde también es imprescindible; desde su cima, la vista de la ciudad y el mar es simplemente impresionante. Para un momento más íntimo, explore el barrio del Panier con sus coloridas callejuelas, sus pequeñas plazas animadas y sus galerías de arte.
Para los amantes de la gastronomía, el Vallon des Auffes es una parada gourmet imprescindible. Este pequeño puerto de pescadores alberga restaurantes donde se pueden degustar platos auténticos como la bullabesa o pescados a la parrilla, mientras se admiran los barcos amarrados. El restaurante Le Petit Nice es una dirección con estrella Michelin para quienes desean vivir una experiencia culinaria excepcional, donde el mar también es protagonista.
Las islas de Frioul, accesibles en barco desde el Vieux-Port, ofrecen un entorno natural de gran belleza, perfecto para una excursión de un día. Estas islas preservadas, con sus calas y senderos de senderismo, permiten reconectarse con la naturaleza lejos del ajetreo urbano. En verano, las playas de las Calanques le esperan con sus aguas cristalinas y sus espectaculares panoramas.
Para los amantes de la cultura, el teatro La Criée ofrece una programación rica y variada, con espectáculos que van desde el teatro contemporáneo hasta conciertos de música clásica y moderna. Marsella es una ciudad que se revela a través de la exploración, con siempre nuevas sorpresas en cada esquina.
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