48 rue Roux de Brignoles , 13006 Marseille
El hotel C2, establecido en una elegante mansión del siglo XIX en el Cours Pierre Puget, es mucho más que un simple lugar de estancia. Este establecimiento marsellés, hábilmente restaurado por los arquitectos Claire Fatosme y Christian Lefèvre, combina armoniosamente los elementos de la época haussmanniana con un diseño contemporáneo sobrio. Suelos de parqué antiguos, barandillas de bronce, frescos en el techo y esculturas en bajorrelieve se mezclan con materiales modernos como el hormigón, el vidrio y el acero. Este entorno único invita a la relajación en una atmósfera donde cada detalle recuerda la historia de este edificio mientras integra un toque decididamente actual.
Las habitaciones, repartidas en cuatro pisos, ofrecen una decoración minimalista donde el mobiliario diseñado por creadores como Antonio Citterio, Arne Jacobsen y Ron Arad añade un toque sofisticado. Espaciosas y llenas de luz, estas habitaciones han sido diseñadas para privilegiar el confort de los huéspedes. Las suites exclusivas, ubicadas en el último piso, cuentan con un balcón con vistas impresionantes a Notre-Dame-de-la-Garde. Para quienes buscan momentos de relax, cada habitación incluye una ropa de cama de calidad superior, comodidades modernas como aire acondicionado reversible, un televisor de pantalla plana, un minibar y un baño equipado con ducha italiana o bañera con función de hammam.
El hotel C2 también destaca por su espacio de bienestar firmado por FillMed. El spa, con su piscina interior tallada en las paredes de piedra, su hammam y sus duchas sensoriales, ofrece a los visitantes una experiencia de relajación única en el centro de Marsella. La atmósfera, intencionalmente tenue, recuerda a los antiguos baños y invita a la tranquilidad. Dos cabinas de tratamientos, donde se ofrecen masajes y tratamientos faciales y corporales, completan este espacio relajante, también abierto a clientes externos.
La planta baja alberga el bar del hotel, un espacio acogedor donde lo contemporáneo contrasta con el esplendor del siglo XIX. Las lámparas de Ingo Maurer y el bar de Corian blanco iluminan la sala, mientras que las molduras clásicas y los altos techos crean un ambiente acogedor. Cada primer domingo del mes, el hotel ofrece un brunch acogedor, una ocasión ideal para saborear la gastronomía local en un ambiente relajado. La terraza adyacente, embellecida por un jardín vertical, invita a disfrutar del sol marsellés.
El hotel C2 también se presenta como un lugar de vida cultural y artística. Conciertos de jazz y música clásica se organizan semanalmente, atrayendo tanto a visitantes como a habitantes de la ciudad. Exposiciones de arte y fotografía se presentan regularmente, convirtiendo al hotel en un actor clave de la escena cultural marsellesa. Esta dimensión artística y comunitaria permite a los huéspedes vivir una experiencia enriquecedora, haciendo que cada estancia en el C2 sea memorable.
Uno de los atractivos más notables del hotel es su acceso exclusivo a la playa privada de la isla Degaby. Situada en la bahía de Marsella, esta isla es accesible en verano a través de un barco fletado desde el Puerto Viejo. Este privilegio único permite a los clientes del hotel disfrutar de un entorno excepcional donde la relajación y la intimidad son las consignas. Con cómodos colchones, refrescos, equipos de buceo y una vista impresionante de Marsella, la isla Degaby ofrece un día de total desconexión.
Fuera del hotel, Marsella está llena de atracciones para los visitantes que desean descubrir la ciudad y sus tesoros. El Puerto Viejo, a solo unos minutos del hotel, es un lugar imprescindible para pasear, admirar los barcos de pesca y disfrutar de una bouillabaisse en uno de los restaurantes tradicionales que bordean el muelle. El barrio del Panier, con sus pintorescas callejuelas y tiendas de artesanía, también es una visita obligada para una inmersión en la historia de la ciudad.
Para los amantes del arte y la arquitectura contemporánea, el Mucem (Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo) es una parada obligada. Su estructura audaz y sus variadas exposiciones sobre las culturas mediterráneas hacen de este museo un lugar fascinante para visitar. No muy lejos de allí, la basílica de Notre-Dame-de-la-Garde, apodada "la Buena Madre" por los marselleses, ofrece un panorama espectacular de la ciudad y el mar. Una visita a este monumento emblemático es imprescindible para cualquier estancia en Marsella.
En cuanto a la gastronomía, Marsella ofrece una variedad de restaurantes que satisfacen todos los gustos. Para una experiencia auténtica, diríjase a Fonfon, un establecimiento conocido por su bouillabaisse tradicional. Los amantes de la cocina mediterránea y de los productos frescos también apreciarán el ambiente acogedor de Chez Jeannot, ubicado en el encantador barrio de Vallon des Auffes.
Finalmente, para aquellos que disfrutan de noches animadas, Marsella ofrece diversos eventos culturales a lo largo del año. El festival de jazz "Jazz des cinq continents", que se celebra en verano, es imprescindible para los amantes de la música. Para una noche más relajada, los bares de La Plaine y Cours Julien, famosos por su ambiente festivo y sus conciertos al aire libre, son lugares perfectos para descubrir la animada vida nocturna de Marsella.
El hotel C2, con su ubicación privilegiada y su atmósfera elegante, promete una estancia tanto lujosa como auténtica, ideal para descubrir Marsella en toda su riqueza cultural y patrimonial.
Actividades
General
Servicios
Restauración
Área de piscina y bienestar
Zonas comunes
Entretenimiento
Varios
Desde 189 EUR por noche